Tal
parece que en el juego de las sillas se definieron las diputaciones
plurinominales para los partidos; esas que son de a dedazo y cuyos afortunados
no tienen que hacer campañas ni ser elegidos por la ciudadanía, son como
obsequios del destino; como el maná que cae del cielo, por el simple hecho de
que los partidos por muy insignificante que sean, legalmente tendrán una representación en el congreso. La
mala noticia para algunos trapecistas políticos es que al detenerse la música
se quedaron bailando con la escoba, tristes por que se les escabulla el hueso,
Afortunadamente para los que pagamos sus sueldos, son limitadas las plazas.
Estos que se quedaron como la magnifica, tendrán que talonearle duro pues el
único recurso que les queda es colarse como titular o ya de mínimo de ejecutivo
“B” en alguna dependencia. Al menos en estos tiempos tan cambiantes y
tornadizos los gañanes, barbajanes y
demás que conformamos la plebe
trabajadora nos alegramos de no depender de varas altas ni palancas para
conseguir la gorda pues lo que nos sostiene con dignidad es la energía y el empeño de nuestra fuerza
de trabajo.
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