Otorgar reconocimiento a
una asociación civil para darle el espacio que la ley no le otorga también
tendrá consecuencias; pues bien sabemos a pesar que solo es un órgano, apéndice
del director en turno, un membrete que servirá sólo de contrapeso al sindicato,
cuyo objetivo será buscar jugosos beneficios; una buena tajada del pastel presupuestario
en detrimento de las expectativas gremiales, pastel que por desgracia no
crecerá al oficializarse su entrada. Beneficios que pretenden obtener de una
manera cómoda; montándose en la fuerza del movimiento y la lucha sindical, pero
que a la mínima señal del amo, se prestará pronta y sumisamente a sus fines
desestabilizadores. La muestra de esto la han dado en las recién efectuadas
elecciones; en cuyo proceso tuvieron una descarada intervención: tolerada, si
no es que ordenada por la propia dirección, en una clara violación de la Ley
Federal del Trabajo y las condiciones Generales de Trabajo, al haber instruido
la “dichosa” asociación, dar especiales facilidades a su planilla favorita
durante la campaña; esa, constituida por los mismos lambiscones que los introdujeron
a la Asociación de Trabajadores del Estado de Michoacán; Es una pena que las
cosas no les hayan salido como las calcularon…
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