Después de tanto matracazo y definido el resultado del
proceso electoral; lo siguiente debería ser un proceso de sanación en dos
sentidos; unir lo que pueda ser recuperado, los elementos que verdaderamente
están convencidos de que la lucha digna a base de trabajo es la verdadera razón
de existir de la Organización y por otro lado; dejar que sigan el camino por su
cuenta aquellos que carezcan del mínimo sentido de solidaridad y participación,
los que han significado más una carga parasitaria en la organización que, lejos
de aportar algo positivo, solo se han servido de ella cuando les conviene; aquí
pudiera aplicar lo que dice la biblia “…Si tu mano o tu pie te hace pecar, córtatelo y arrójalo. Más te vale
entrar en la vida manco o cojo que ser arrojado al fuego eterno con tus dos
manos y tus dos pies.” (Si hierro, corríjame con el santo silicio
padre Manuel). En el mismo sentido decimos; más vale ir pocos a la lucha pero
convencidos (menos cantidad pero mas calidad) pues quien traiciona una vez lo
hará de nuevo, quien gusta de estorbar para agradar al patrón lo volverá a
hacer, pues eso les reditúa en privilegios personales; por ello no hay razonamiento
más claro, que abrirles la puerta para que sigan el camino que consideren
apropiado… de modo que con su actitud no arrastren al resto porque sólo desde
su egocentrista visión, las cosas marchan muy bien.
Quienes permanezcan lo
harán convencidos que no habrá avance colectivo si no se abandona el egoísmo. A
partir de ese momento el sindicato podrá recomponerse. Deberá impermeabilizar
las grietas abiertas por el poder corruptor del patrón y fortalecer la unidad,
pues de otro modo la casa que nos da refugio y protección terminará por
desplomarse sobre nuestras cabezas.
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