EL ÚLTIMO GRAN ACTO DE DON FELLO
Fue el
Brindis con motivo del fín de año, y como discurso final para los trabajadores,
el gran funcionario en emotiva semblanza nos recordó como sin él, cuan jodida estaría nuestra Institución, de cuan
preocupado de las necesidades de los trabajadores tuvo que someterse a los mas
extremos sacrificios a tal grado de exigirle al Gobernador mayor presupuesto,
mas maquinaria y toda suerte de prestaciones para sus sufridos muchachos bajo
el riesgo de ser acusado de rebelde y sindicalista a los ojos de la figura del
Gobernador, por eso, con los ojos rebozando de lagrimas algunos inconsolables
compañeros luego de prodigar una delirante tanda de aplausos, corrieron
arrepentidos unos a castigarse con el bendito silicio y otros a vestirse con
pencas de nopal por haberse atrevido siquiera a pensar en algún paro, plantón o
marcha que pudiera haber molestado a nuestro sacro director y a su corte
celestial con tan inútiles y deplorables actos, esperamos algún día, encontrar
el consuelo a tan hondo pesar, por lo pronto rogamos al cielo que no nos tiente
la idea de cometer masivamente un suicidio.
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