EST@FADO DE BORREGO

EST@FADO DE BORREGO

(COMO DESTRUIR A UN SINDICATO EN UN TRIS)

 

Para esta delicia culinaria, no se requieren huevos por lo que se recomienda a quienes gustan de quitarse fastidios de manera fácil y rápida, ni siquiera es necesario ser un experto cocinero (cualquier pinche de cuarta lo puede hacer); Conseguir el borrego es una tarea bastante fácil: puedes comprarlos con poco dinero pero si eres de los que les gusta producir lo que consumen tampoco es muy oneroso, pues afortunadamente los borregos abundan especialmente en el campo fértil de la ignorancia y la mediocridad, así que no tendrá problemas  si decide criarlos; pues se alimentan de migajas y desperdicios; que para nuestro fin resulta igual. Lo importante es que no tenga empacho en sacrificarlos en el momento requerido; únicamente deberá tener cuidado en separar a los cabritos de los borregos antes que nada, para evitar confusiones y complicaciones; ¡Atento que por única ocasión revelaré en exclusiva para la Cornada mi receta secreta!:

INGREDIENTES:

*Un grupo de disidentes sin sesos y resentidos (Si son ineptos mejor)

*Carne de borrego según se necesite

*Un kg de intrigas

*500 ml de Mala leche al gusto.

PREPARACION:

Recolecte los inconformes se recomienda que sean frescos (Recuerde que deben ser sin sesos), cébelos con privilegios y canonjías; colóquelos en lo alto para que se oreen un poco, mientras aparte, mezcle las intrigas, y las calumnias con mala leche; agregue un chorro de esta mixtura al borrego previamente preparado, para dejarlo reposar por un tiempo prudente.  Aderece con un puñito de labia; pues aunque no mejora el sabor, facilita su manipulación. Déjese reposar durante el tiempo pre-electoral. Cuando estén listos, embébalos en vinagre agrio en cantidad suficiente.  Revuelva la masa de trabajadores hasta que quede fácilmente manejable, incorpore los disidentes sin cabeza previamente preparados para que estos resuman su ineptitud y diseminen su acidez a fin de macerar al borrego.  Someta  el preparado al fuego lento del resentimiento; Una vez cocinado el plato, adórnese con trocitos de escarnio acaramelado  y ¡vuala! Ya se puede servir al gusto. ¡Ah! No se preocupe por los platos rotos que otros se encarguen de eso…