LOS VICIOS DEL SISTEMA ESCALAFONARIO

Es bien cierto que resulta mas que imposible crear un sistema  del que todos hablen bien, en el caso de nuestra dependencia en distintas ocasiones (no pocas) ha sido utilizado para “premiar” a aquellos elementos que se han distinguido no precisamente por sus cualidades laborales, sino por otro tipo de “habilidades”; ya sea por que prestan sumisamente algún oscuro trabajo al patrón, por su “cercanía sentimental” a algún funcionario de regular importancia, o por su simple servilidad cuando se trata de estorbar a algún otro aspirante  que resulte incómodo. Hemos visto como “compañeros” saltan de una área a otra con un nombramiento mejor remunerado, sin que medie alguna explicación lógica, y lo que es peor: pasando sobre el derecho de otros compañeros a los que solamente les queda resignarse calladamente, pues de otra manera se exponen a ser tratados como conflictivos, tan es así, que las modificaciones hechas al reglamento omitiendo con todo propósito, cualquier participación consulta u opinión de los trabajadores, con la intensión de facilitar la asignación arbitraria de nombramientos según los muy subjetivos criterios del patrón, liberándolo de su obligación de otorgar capacitación previa a la aplicación de exámenes (además ventajosos), lo que también significa un retroceso de 3 décadas, cuando precisamente solo se obtenían ascensos cuando se pedía la opinión a la corte de funcionarios desde el jefe inmediato, hasta al supremo poder, desatándose así, fieras competencias de servilidad entre el personal, para obtener el puesto. Tristemente se observaba como algunos renunciando a cualquier vestigio de dignidad hasta buscaban emparentar políticamente con el funcionario en turno con tal de lograrlo.