En el medio rural como en el urbano existen
leyendas; que se cuentan entre amigos al calor de la botella o se transmiten de
padre a hijo como parte de una tradicional enseñanza; Hay una, que más de algún
caminero conoce bien; se dice que existen unas serpientes conocidas como
alicantes, que aunque no son venenosas poseen una repulsiva costumbre; entran a
las granjas y establos para enroscarse en las patas traseras de las vacas
lecheras, de modo que las inmovilizan, mientras se alimentan pegadas a las
ubres; alguna historias van más allá: Se dice que suele pasar muy
frecuentemente a las mujeres recién paridas, cuando alimentan a sus hijos,
cansadas por los esfuerzos de la crianza y las recurrentes desveladas suelen
quedarse dormidas, lo que es aprovechado por el reptil oportunista, que
hambriento se atreve a invadir los espacios en que habita estas mujeres, pues
bien, la serpiente, tiene la fantástica habilidad de introducir la cola a la
boca del bebé, para impedir que suelte en llanto, mientras que pega su boca al
pecho de la madre para alimentarse de su leche, hasta saciarse y regresar al
siguiente día para repetir su desagradable hábito.
Son casi tres años que nuestro alegre Comité como el alicante del
relato, nos tiene engañados como infantes, mientras mama de los senos
presupuestales de la Junta y del sindicato, cínicamente, sin esforzarse
siquiera en lo más mínimo por cuidar del bienestar de los trabajadores a los
que juró servir, se afanan burda y apresuradamente por sacar el mayor provecho a
los nombramientos que inocente y confiadamente les otorgó la Asamblea. De las
promesas de campaña que hicieron; nadie se acuerda, ni ellos mismos, su máximo logro; perseguir a quienes se
atrevieron a desafiar la prepotencia de quien financió su campaña y los colmó
de privilegios. No podemos recordar algún mérito realmente destacable durante
su muy gris periodo, el que afortunadamente, está por concluir… Cabe
preguntarnos ¿Eso es lo que merecimos los trabajadores? Si lo es y no
aprendimos la lección: tal vez regrese el alicante para darnos la cola tres
años más, o más…