Han pasado nuestros nerviosos
representantes, pues a medida que se les termina el plazo sus delirios se
agravan cada vez más, pues por doquier ven enemigos y traidores, señal del
enfermizo apego al poder y los paganos son los trabajadores, que tienen que aguantar las amenazas nacidas
de su febril y esquizofrénica imaginación.
Deberían cuando menos guardar un
poco de dignidad y conservar el poco respeto de sus escasos seguidores, que a
estas alturas será oro molido, si es que como ya lo ha dejado ver su “manager”,
pretenden (¡JA!) recolocar parte de la estructura del actual Comité para que
les oculte el rosario de estafas religiosamente cometidas con la bendición de
la “honorabilísima” comisión de vigilancia. ¿AMÉN? ¡AH MÉN- DIGOS!
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